Buenos días, amigas y amigos. Desde las promesas de Dios, hoy reflexionamos sobre Adolescencia, una serie que narra la historia de Jamie Miller, un joven británico de 13 años acusado de un crimen trágico. La serie no solo expone una dura realidad, sino que también pone el foco en la relación entre adolescentes y tecnología, señalando cómo las redes pueden amplificar el acoso y alimentar la violencia. Más allá del drama, lanza preguntas urgentes: ¿cómo acompañar a los hijos en el mundo digital sin invadir su privacidad? ¿Qué papel juegan los padres frente a la influencia del grupo de iguales? En este escenario, el diálogo, los límites saludables y la escucha activa se vuelven herramientas fundamentales.
Las Escrituras nos recuerdan que la familia es el primer canal para la transmisión de valores. En el Salmo 62:5-8, el salmista declara: “En Dios solamente reposa mi alma, porque de él viene mi esperanza”. Así como él afirma primero su vínculo personal con Dios antes de exhortar a otros, también los padres necesitan cultivar su relación con el Señor para poder acompañar a sus hijos con sabiduría, amor incondicional y firmeza. Dios no solo escucha, también nos invita a abrirle el corazón sin filtros, sin miedo, como un refugio seguro frente a la presión del mundo.
La serie plantea una consecuencia extrema, pero también abre caminos. Como padres, tutores o adultos responsables, no estamos solos. La promesa sigue vigente: Dios está presente, nos anima a conversar con Él sobre cualquier tema y nos protege incluso en los días más oscuros. Educar en esta etapa puede parecer abrumador, pero no es imposible si caminamos con Cristo. Que esta verdad nos anime hoy: la esperanza viene de Él. Que tengas un día lleno de paz.
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